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La pandemia por el covid-19 ha provocado, sin lugar a dudas, un caos en muchos países y ha demostrado que no estábamos preparados para enfrentar una emergencia sanitaria de esta magnitud. El hecho de no haber vivido antes una situación como la actual nos llena de incertidumbre y condiciona nuestra forma de pensar.

Sin embargo, no es momento de paralizarnos, sino todo lo contrario, de buscar vías para superar esta contingencia. Es justo en estas circunstancias cuando la creación de escenarios futuros se vuelve una herramienta clave en la dirección de empresas, pues de allí que surgen las acciones estratégicas presentes.

De manera que la apertura de las economías en algunos países, luego de la fuerte cuarentena social por el coronavirus, supone nuevos retos para las compañías. Y las obliga a formularse estas preguntas: ¿qué hacer?, ¿cómo enfrentar lo que viene?, ¿cómo adaptarse de nuevo a la rutina?

“El mundo después del coronavirus será otro”, es una frase que de tanto repetirse ya parece trillada. Pero cómo podría ser el mismo después de esta pandemia con las cifras de contagiados y muertos por esta enfermedad, y el severo impacto económico. Así que lo aconsejable es tomar el retorno a la normalidad como si la empresa estuviese apenas abriendo sus puertas por primera vez.

Sin embargo, tiene la ventaja de que el camino a recorrer es menor, debido a que ya hay una infraestructura creada, personal contratado que está entrenado en sus labores, y materia prima, aunque pueda haber fallas en el suministro, para retomar la producción.

La organización es fundamental para este nuevo inicio. Si la empresa estuvo detenida durante el tiempo de confinamiento, conviene hacer un balance para saber en qué punto se pararon las operaciones para comenzar con el nuevo ciclo. Es recomendable hacer una lista de cosas, donde se contrasten los objetivos del pasado con los que impone la nueva realidad.

También es conveniente llevar lo más detalladas y al día posible las cuentas. El tiempo de cuarentena -bien con la empresa detenida o trabajando a media máquina- seguramente habrá impactado en las finanzas, por lo que es imperioso trazar nuevas estrategias para mantenerlas y, en la medida de lo posible, ampliarlas.

El estudio del mercado, luego del impacto de la pandemia, es una buena opción para preparar esas nuevas estrategias. Es necesario saber cómo se comportó el consumidor durante esa etapa y qué espera de su producto favorito para los nuevos tiempos. De esta manera, la compañía estará más preparada para enfrentar la demanda, retener a sus viejos clientes y conquistar nuevos. La fidelidad redundará en beneficios no solo para la marca, sino para la rentabilidad de la empresa.

Así que las compañías deben prepararse desde ya para enfrentar los desafíos que reviste esta nueva etapa, la del post coronavirus. Es necesario planificar, y evitar dejar cosas al azar: las estrategias que emprendan deben estar alineadas con su ADN.

Fuente: Hispano Post