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En mi artículo “Las startups: un modelo de negocio que no pierde su atractivo”, publicado el 10 de febrero, expliqué por qué estas empresas emergentes, cuyo rasgo distintivo es que saben aprovechar las oportunidades que presentan las nuevas tecnologías digitales para desarrollar un proyecto creativo, aún hoy siguen acaparando el interés del mundo empresarial.

Desde 2013 las startups han despertado atracción. En parte porque se rigen por una premisa muy clara: reinventarse o desaparecer. Y, en estos tiempos, es más que pertinente. Para muestra lo que está ocurriendo con el “ecosistema emprendedor”; ha experimentado un cambio radical para poder enfrentar la crisis económica que afecta al mundo entero.

En el ámbito de las startups lo ideal era conseguir tener un “unicornio”, una empresa de capital privado cuyo valor haya superado los 1.000 millones de dólares. Son emprendimientos enfocados en el hipercrecimiento que suelen demandar los mercados del capital riesgo. Pero ahora, la atención ya no se centra exclusivamente en esa criatura mitológica, sino en un animal de aspecto llamativo: el camello.

Fue Alex Lazarow, director de inversiones de la firma de capital riesgo Cathay Innovation, quien en su libro Out-Innovate, acuñó el concepto de startups camello. “Bestias robustas que son capaces de sobrevivir a las sequías”, las llama. Otros autores, sin embargo, prefieren identificar a este tipo de emprendimiento con otros animales como el iguanacornio (un híbrido entre iguana y unicornio) y hasta la cucaracha.

Pero al final todos coinciden en que se trata de startups que pueden sobrevivir en situaciones adversas, es decir, en las duras condiciones actuales. Para Lazarow, son parecidas a camellos por su capacidad de adaptarse a múltiples climas, porque pueden superar las inclemencias más extremas y son, además, resilientes. “Y a diferencia de los unicornios, no son criaturas imaginarias. Son reales y resistentes”, ha dicho.

Lo cierto es que las startups camello están dándole una enseñanza al mundo de los negocios en general, en cuanto a creatividad e innovación, que es la norma principal de estos emprendimientos, incluyendo a los unicornios.

Si bien persiguen y logran un rápido crecimiento, como las startups unicornio, estas nuevas empresas lo equilibran con otros objetivos como administrar rigurosamente los costos y estar muy enfocadas en los clientes, el producto y en la eficiencia.

Los camellos nos recuerdan que siempre es posible idear un modelo de negocio diferente. Y llámense como se llamen, estas startups han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos: reinventarse o desaparecer, tal como lo mencioné al principio. Premisa aplicable a cualquier compañía en esta época.

Fuente: El Nacional